domingo, 7 de octubre de 2007

Siguen creyendo que soy un niñato

Hola, visitantes. Hoy actualizo de nuevo, después de largo tiempo sin hacerlo. La verdad es que con la vuelta a la rutina, las novedades de lo que a partir de ahora será nuestra vida cotidiana y los horarios crueles hacia la gente de fuera, no me fue posible escribir algo decente. Ahora, en el relax del domingo y a sabiendas de que el lunes no entramos hasta las 3:30 pm, me he decidido a hacer una nueva entrada. En este caso, la crítica va dirigida a mis propios progenitores.

Y es que me toca demasiado la polla que se creen los muy mamones que aun tienen un criajo en casa. Y es cierto. Siguen con la misma actitud absurda que cuando iba a las ESO o a bachillerato. No asumen que estoy en la universidad, que las cosas ya no son lo que eran, que toda la actividad cotidiana se trastoca porque esto es algo completamente diferente, que ya hacemos porque queremos y no porque se nos obligue. Sin embargo, han decidido con su propio poder y sin comentarmelo, que a partir de esta semana (Segunda del curso), y dado que hay que "poner toda la atención en los estudios", al parecer para mi se acabó hablar con la peña por msn, salir un rato con los amiguetes por semana etc. etc. Nada de meter ya a gente en casa, porque voy a estar muy ocupado y si lo hago "llegará mi padre y los echará". Es algo que yo, en mi condición de chaval de casi 19 años recién llegado a la universidad no me puedo ni siquiera empezar a creer. Huelga decir que no voy a hacerles ni puto caso en ninguna de sus órdenes de gilipollas, o al menos pasaré de ellos en cualquier momento en el que así pueda hacerlo. Y ya me imagino que intentarán hacer todo lo posible para que mi vida sea lo menos agradable posible durante mi estancia en los estudios superiores.
Tambien se la resbala completamente el hecho de que cualquier otro estudiante en mis mismas condiciones hará precisamente todo lo que a mi se me ha privado. Tengo muy en cuenta que todo esto no lo hacen ni jamás lo hicieron con el afan de que trabaje, sino de asegurarse de tocarme los cojones suficientemente antes de que no los vuelva a ver, y aliviar con sus aires de superioridad los que sus superiores les imponen en sus putos trabajos de mierda. Les encanta descargar su estrés emocional de los agotadores días de trabajo amargando mi vida, pese a que yo madrugo más que ellos, curro más que ellos y llego a casa más tarde que ellos.
Cuántas serían las veces en las que se me pronunció esa frase de "Cuando tengas tu trabajo y estés ganando un buen sueldo, te acordarás de todo lo que hicimos por ti". Y cada curso que voy superando, cada momento en el que me pongo a hacer recuento, me sorprendo a mi mismo viendo como esa frase se convierte en una patraña. Todo hubiera sido mucho más fácil si se metieran en sus putos asuntos, pero amigos, ellos pagan, y mientras paguen tendré que comerme sus falacias. Espero impaciente el día en el que todo esto acabe, en el que esté currando y con mi vida construida; el momento en el que esté muy lejos de esta asquerosa casa y pueda recordar sonriente las frases como "Me da igual hasta que hora se queden los demás", "Céntrate y olvidate ya de ese ordenador, de esos amigos y de esa vida de folgao" o incluso "A ver, ve contándome lo que hicisteis en clase hora por hora".

Y será entonces cuando me dé cuenta de lo realmente feliz que soy, y de que ellos en nada contribuyeron a esa felicidad...Salvo en una mera cuestión monetaria que no tengo pensado devolver.
Y es que esto amigos, es como la política de las grandes potencias del mundo: Cuando las potencias inferiores se han escapado de sus garras y son imposibles de aplastar, se aplastan entre ellas. Y cuando yo dé saltos de felicidad en algun lugar del mundo, ellos seguirán amargados en este pozo de mierda, pensando si tener otro hijo y continuar la diversión. Pero eso ya es otra historia.
Hasta otra, queridos followers!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entiendo perfectamente tu postura tio. A pesar de que yo tengo infinitamente mas suerte que tu en este aspecto, entiendo que estes artisimo de todo eso. Tienes, como bien dijiste, casi 19 años, edad en la que ya se supone que eres totalmente independiente tanto fisica como moralmente. No deberían tratarte asi ni muchisimo menos, deberias ser tu el que ponga tus horarios, los que ves que necesitas, para que vayas poco a poco espabilando, porque tus padres no van a estar ahí siempre para decirte cuando tienes que levantarte para trabajar. Normal que estes flipando y cabreado tio, aunque ya sabes lo que te digo: hay gente en peores circunstancias. ( Como comprobaste hace muy poco ).

En fin, espero que la cosa te cambie para mejor tio.

Un abrazo

V4C45

Irene M dijo...

Los padres se creen que nos hacen un favor y lo que consiguen es justo lo contrario, que se nos quiten las ganas y el buen rollo por estudiar y trabajar.
Si fueran a un psicologo especialista les diria lo mal que lo hacen. Ellos se creen de verdad que te hacen un favor. Hay que entenderles, pobres...(los mios siempre han sido igual, yo he tenido muchos problemas para crearme hábitos de trabajo y motivación....por suerte me fuí fuera de casa al empezar la carrera, pero la pobre de mi hermana se ha llevado la peor parte, y es incapaz de acabar nada de lo que empieza)
Es como un "efecto rebote"... cuanto mas te agarran, más lejos te vas cuando te sueltas.